En los que solo habia dos cadenas de television, en los que a la hora de la merienda mirabas al cielo a ver si venia el helicoptero de Tulipan, en los que los kioskos y juegueterias estaban inundados de chorradillas sin ninguna utilidad, pero que nos encantaban…
A uno de pequeño ya se le empezaba a notar su vena friki y se le saltaban los ojos al ver ese pedazo de reloj como el de la foto de arriba, que fuerte, un reloj que se convertia en un transformer, pero que desgraciadamente solo duro unos pocos meses porque un dia cuando me di cuenta se habia caido de la correa. Quien no recuerda aquellos llaveros que hacian ruidos, que pulsabas un boton y sonaba una metralleta, o un helicoptero, o una bomba atomica… o mejor aun, el colmo de lo practico, que pasaba si perdias tus llaves (las que llevabas con 6 años) pues no tenias mas que silbar para encontarlas, una maravilla de la ciencia. Pero ya lo que era el colmo de la utilidad era ese tubo que se colgaba al cuello para guardar los duros, que lo llevaban los niños pequeños y los chuloplayas.
Luego en el apartado del ocio teniamos las manos locas, ideal para enredarse en el pelo, que al principio se pegaban, pero a los 5 minutos llevaban dos toneladas de mierda y ya no se pegaban a nada, pero aun servian en el recreo para darles sopapos a los de la clase rival. Otra cosa que nos gustaba mucho era botar en esos balones gigantes con cuernos que valian para usarlos una tarde y luego ocupar sitio.
En el apartado de cosas ya definitivamente inutiles teniamos cosas como el saco de la risa, que solo molaba al final cuando se le acababan las pilas y en vez de reir parecia que estaba endemoniado o la flor epileptica que se movia en cuanto se ponia musica, tambien habia una version de lata de cocacola pero que no hacia tanta gracia.
Hoy en dia puede que haya mas cosas inutiles, como un pelapatatas magico o unas plantillas magneticas, pero de seguro que no tenian tanta gracia como los de antes.