¿Quien no se ha comido un coco? Pero no un coco de fruta, esos cocos que al dia siguiente uno siente que se le da la vuelta el estomago nada mas levantarse mezcla de la resaca y de las consecuencias sociales.
Vaya por delante que aqui el que escribe no es ninguna joya, pero todos tenemos cierto nivel de maldad que nos hace juzgar el aspecto de los demás y en el caso especial de este país juzgar al prójimo es el deporte nacional, y es que la envidia es «mu mala». El problema es que no existe una base científica para criticar el aspecto de los demás, mas allá de las opiniones trasmitidas boca a boca en los «aquelarres» celebrados al día siguiente en el café dominical, o la versión aquelarre 2.0 vía Whatsapp.
Nunca antes se han medido ni establecido las condiciones para juzgar si alguien es un orco o un troll, asi que después de arduas investigaciones se ha establecido «El Coeficiente Mordor». El Coeficiente Mordor es universal y subjetivo, todos tenemos un numero Mordor y esta condicionado por el observador. Como ejemplo mi coeficiente Mordor para mi mujer tiende a ser mas bajo que para una desconocida, o no, porque «todo depende del cristal con que se mira» como decía el escritor.
Se ha establecido que la escala Mordor es lineal, es decir un Coeficiente Mordor (a partir de ahora CM) de 6 es un poco mas alto que un CM 5. También se ha establecido entre 0 y 10 siendo 10 el mas alto y el 0 el mas bajo. Podíamos haber hecho una escala logartimica entre -10 y 10 pero de la forma sencilla la puede usar todo el mundo, que sabemos la Logse ha hecho mucho daño.
Los limites del CM, es decir el 0 y el 10 de la escala, son calificaciones «utópicas» nadie tiene un CM de 0, ni siquiera Scarlett Johansson y con un CM de 10 estaríamos delante del mismisimo Sauron.
En mis investigaciones de campo, viendo el cortejo reproductivo de varios homo canis en su hábitat nocturno, he visto que el CM esta condicionado por muchas variables, tanto del entorno como del individuo.
La primera variable, que llamaremos variable Osram, corresponde a la iluminación del entorno, el CM es directamente proporcional a la iluminación del entorno. A menor luz el CM de los individuos tiende a bajar, osea que de noche en una discoteca todos aparentamos tener un CM mas bajo del CM en condiciones normales, osea ser mas guapos. Se ha detectado mas eficacia en la detección de cocos en las zonas con mayor iluminación, como la cola del baño, mientras que en la pista de baile esta detección cae en picado.
El CM es inversamente proporcional el numero de copas, a mayor nivel alcohol hay en sangre mayor ceguera para la fealdad se manifiesta en el individuo. Esta variable, llamada variable Bacardi, suele utilizarse como excusa en el momento de mayor escarnio social, pero se ha detectado que esta variable no es la única culpable del tropezón del día anterior.
Aquí es donde interviene la Constante del Listón, que mide la predisposición del individuo a interactuar con individuos con CM alto. Hay casos en los que ciertos elementos de la prueba han dicho, y cito «Yo cuando salgo tengo el listo a esta altura, y todo lo que pase por debajo me vale». Esta constante es propia del individuo y depende de ciertos valores, como cuanto tiempo lleva sin pillar cacho o el nivel de salidez del espécimen.
Otra variable que interviene activamente en el Coeficiente Mordor es la variable L’Oreal. Esta variable mide el nivel de chapa y pintura con la que sale el espécimen a la calle. Hay ciertos casos en los que los individuos hembra salen de casa mas pintadas que el Joker o los especímenes macho hacen tal abuso de la gomina que podrían ir en moto sin necesidad de casco, comienza con un indice de 10.
El problema es que la variable L’Oreal se decrementa con el paso del tiempo, cuando el rimmel empieza a derretirse por el calor o el sudor hace que aparezcan los rodalazos sobaqueros en la camisa prieta tipo chulo discotequero. Pero sus efectos se minimizan ya que en ese momento es cuando la variable Bacardi entra en acción.
El momento en el que la variable L’Oreal hace masa critica suele ser a la mañana del día siguiente, momento en el que la variable Bacardi es 0 y el maquillaje ha pasado a ser la pintura de guerra de William Wallace y la gomina ha dejado de ocultar que ya asoma el cartón. Ese momento en el que vas al baño a llorar amargamente.
Con estas premisas podemos componer la formula definitiva que nos da el Coeficiente Mordor
Gracias a este enorme avance científico, que marca un antes y un después en el estudio de las criaturas de la noche, podremos definir mediante un método científico y sin temor a equivocarnos si alguien es un orco o un troll. Espero que este descubrimiento sea útil al ser humano y que sea reconocido como tal para los Premios Nobel, y si no, me conformo con el Principe de Asturias.