Desde hace años llevo una doble vida, de día trabajo, cojo el metro y me dispongo a ir a trabajar. Pero de noche vivo una vida de exaltación, palpitaciones y adrenalina. Dicha sea la verdad, una vida de dudosa virtud, no lo negare. Me he visto envuelto por la violencia, incluso la he disfrutado. He mutilado y matado enemigos y no solo en defensa propia. He mostrado una indiferencia total hacia la vida, la integridad física y la propiedad y he saboreado cada instante. Al verme jamás pensarías que he dirigido ejércitos, que he conquistado mundos, aunque para lograrlo he dejado a un lado la moralidad. No me arrepiento porque, aunque he llevado una doble vida, al menos yo sí puedo decir que he vivido.
Este texto, que corresponde a uno de los mejores anuncios de videojuegos en televisión, el de la primera PlayStation, es más o menos un reflejo de mis tardes o noches. Desde que tengo uso de razón siempre he tenido una cruceta y unos botones bajo mis pulgares. La primera vez, hace unos 30 años, eran unos dedos pequeños pulsando los botones de una pequeña maquina LCD de marcianitos, la última vez fue hace unas horas con unos pulgares un poco más grandes y más viejos en el mando de una PlayStation4.
Durante esas horas de disparos, saltos y carreras me encontré con varios juegos que dejaron un muy buen recuerdo en mi mente. Juegos que recuerdo con cariño y de vez en cuando en momentos de nostalgia vuelvo a revisitar una y otra vez.
El primero es el Bomb Sweeper, una maquina de panel LCD de doble pantalla de Nintendo que salió en el año 1987. La pantalla superior de la maquinita no servía absolutamente de nada, era meramente estética a diferencia de otras maquinas como el Zelda o el Donkey Kong que era funcional. El objetivo del juego era resolver varios laberintos en los que estaban escondidas varias bombas. Lo bueno del juego es que había muchos niveles, cada uno diferente, y el juego no se convertía en repetitivo como pasaba con resto de juegos, mismamente el Zelda. Esta pequeña maquina me entretuvo en muchos viajes en coche y muchas tardes aburridas cuando era pequeño.
El siguiente paso en el mundo de los juegos fue un microordenador (que era como se llamaban por aquella época los ordenadores) concretamente un Amstrad. De los primeros juegos que tuve y a los que más horas eche delante de esa pantalla de fosforo verde fue Roland Ahoy! Primero para esperar que cargara con el mensaje de «Press Play the any key» y luego para jugar. Roland Ahoy era un juego de piratas en el que tenias que llegar con un barco al puerto para robar munición para matar al dragón que guardaba la cueva donde estaba el tesoro. La verdad es que el juego era un poco repetitivo y no era tan bueno como un Game Over, Army Moves o Freddy Hardest pero a los ojos de un niño de 7 años en los 80 aquello de poder jugar en un ordenador era una maravilla.
Después de muchas horas esperando a que cargaran los juegos en el Amstrad los Reyes Magos me trajeron una GameBoy y los cartuchos llegaron a mi vida. Se había acabado esperar media hora a que cargara cada cinta, solo había que introducir el cartucho y encender la consola. Como mucho había que sacarlo, soplarlo y volver a meterlo. De los juegos más divertidos que recuerdo en la GameBoy fue el juego de Batman, la adaptación al videojuego de la película de Tim Burton. En este juego, que sigue más o menos el patrón de la película, tienes que ir disparando con la pistola o el Batarang a los enemigos y saltando desde bloques en cada fase. En las dos últimas fases, de las más divertidas, tenias que ir con el Batplano derribando aviones para enfrentarte en la batalla final con el Joker.
De las pantallas pequeñas monocromas pasamos a las televisiones de tubo con la NES y uno de mis juegos favoritos, el Panic Restaurant. En este juego lo conocí hace un montón de años yendo a jugar a casa de uno de mis mejores amigos. En Panic Restaurant tenemos que ayudar a un chef regordete con bigote al que un cocinero con pinta de francés ha robado su restaurante y embrujado a los alimentos. Tus armas para enfrentarte a salchichas, tomates y demás comida malvada son tus utensilios de cocina, tu fiel sartén, un cucharon gigante o montado en un tenedor. Las fases del juego corresponden con las diferentes áreas del restaurante, el comedor, la cocina, la nevera… Un juego muy divertido que no puede faltar en cualquier consola que permita emular juegos. La única pena es que no lo tengo en formato físico.
En aquella época en el mundo de los videojuegos había dos facciones bien diferenciadas, los aficionados a Nintendo y los de Sega. Aunque yo siempre fui de Nintendo uno de mis juegos favoritos es de Sega. Cuando comprabas una Sega Master System en la memoria de la consola venia un juego, el Alex Kidd in Miracle World. Alex Kidd era por aquella época la mascota de Sega, al igual que Mario era la de Nintendo. Tiempo después surgió un erizo azul con playeros que corría que se las pelaba, desplazando a Alex Kidd a más absoluto de los anonimatos. El juego era un plataformas en el que tenias que ir destrozando bloques y enemigos al más puro estilo Super Mario, la única diferencia es que Alex Kidd en vez de hacerlo saltando lo hacía a puñetazos. Tengo especial recuerdo a las batallas con los enemigos luchando con el piedra, papel y tijera o las fases en las que ibas en moto o en un helicóptero a pedales. Un juego muy divertido y en ciertas fases especialmente difícil, aunque nunca llegue a acabármelo.
De los 8bits de la NES llegaron los 16bits del Cerebro de la Bestia, como publicitaban en los 90 la consola SuperNintendo. De todos los juegos que pasaron por mis manos, el Castlevania IV, los de Mario, el Gouls’n’Ghosts, Killer Instinct… El que más me marco y está como el número uno de todos los juegos que he jugado en mi vida es el Zelda: A link to the past. Poco hay que comentar de este juego mas alla de que es una autentica obra maestra de los videojuegos, junto con el Zelda de GameBoy. Tengo una gran afición por los Zelda, solo por ese juego me compraría una consola de Nintendo. De hecho han sacado la segunda parte, el Zelda: A link between worlds para la Nintendo 3DS que me gustaría jugar algún día.
Cuando agonizaba la generación de los cartuchos llego Sony y dio un golpe en la mesa con su PlayStation y los cds. Aunque me la compre de segunda mano mucho después de que saliera la PlayStation me dio a conocer uno de los juegos de puzles mas divertidos a los que pude jugar, el Sheep Dog ‘n’ Wolf. Este juego es una versión de los dibujos de la Warner Bros en los que Ralph Coyote intentaba robar las ovejas al perro ovejero Sam. Para poder conseguir cada oveja nos ayudaremos de las herramientas marca ACME y poder así burlar la vigilancia de Sam. El juego, también llamado Sheep Raider, consta de 15 fases, una por cada oveja del rebaño de Sam, en las que tienes que ir descubriendo como llevarte la oveja. Este juego desgraciadamente no conseguí tenerlo emulado en ninguna de las consolas que tengo, si siquiera la PSP, y la PlayStation la acabe regalando así que por ahora solo mantengo el recuerdo.
Después llegaron la PlayStation 2, la Xbox360 y ahora finalmente la PlayStation 4 pero aunque entre ellas suman grandes títulos aun distan mucho de convertirse en clásicos como estas pequeñas obras de arte a las que tuve el placer de jugar.
Yo también soy un gran fan de los juegos de Zelda, me encantan ^^
Pero sin embargo mi juego favorito de toda la vida es el Sheep Dog ‘n’ Wolf. Sus toques de humor y sus puzzles, que de peque me costaba horrores resolver, me encantaban y lo siguen haciendo (ya que todavía conservo mi vieja PS1). Si todavía quieres jugar, seguro que lo tienes descargable para PC en alguna web. Yo hace un tiempo me lo bajé y funciona perfectamente.
Un saludo! 😉